Cultura 2.0. Prédicas, prácticas y gestión cultural en tiempos enredados.
Cultura 2.0. Prédicas, prácticas y gestión cultural en tiempos enredados es el último libro de Pancho Marchiaro, con prólogo de Luis Alberto Quevedo.
En esta década que recorremos se dan dos factores paralelos: por un lado, las sociedades le restan valor y entidad a lo oficial, a los grandes medios de comunicación, al poder instituido y, por el otro, surge una nueva estela desde la sociedad civil. Su accionar crece, se ramifica, cobra vida. El público desapareció y hoy un alto porcentaje de los procesos sociales y culturales son construidos por todos, sin demasiadas jerarquías, como un enjambre. Inclusive el ordenamiento de lo producido, en materia simbólica, es ordenado como parte de una nueva potencia de la sociedad. En cierta medida ya no sería descabellado considerar que está apareciendo una nueva oleada de actores que, agrupados en redes desterritorializadas, son menos virtuales de lo que imaginaríamos y conforman capas, como si de transparencias o filminas se tratara, que se superponen sin dificultades articulando numerosos procesos con un carácter prosumidor. Se podría considerar que después de este proceso de transformación, de prédicas a prácticas, empieza una etapa de gestión. Como actores culturales, que hoy somos todos, nos toca estudiar y reflexionar sobre cómo es ese proceso de paso a la acción y cuál es el nuevo campo de gestión cultural para estos tiempos 2.0 tan enredados.
«El libro de Pancho Marchiaro nos propone pensar la complejidad del campo cultural actual , atravesado por las nuevas tecnologías (que forman algo así como una segunda naturaleza en la que se desenvuelve la vida de los hombres y mujeres), incorporar los debates vinculados a los derechos humanos (y derechos tout court) y pensar la creatividad de los ciudadanos (donde se ubica, por ejemplo, en un lugar central la idea de prosumidor), al mismo tiempo que el asedio de las industrias culturales, la globalización y el debate inacabado sobre nuestra identidad». Luis Alberto Quevedo